De Norte a Sur, de aquí a allá, de día o de noche, en este país se come el tamal. Alimento que satisface: primero la vista, luego el olfato, después la boca y al final el estómago. presente en cualquier evento social, desde bautizos hasta funerales, o simplemente en el desayuno, lo come el rico y el pobre, el niño y el anciano.
El tamal no está mal, está bien. ¡Muy bien!, y por eso, en Fonda MD, prendimos la leña y encima pusimos la vaporera para meter un lote de tamales de chichilo que acompañamos con lengua de res y chiles en formas distintas: salsa, polvo y jalea.
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